Había un rival durísimo enfrente, lo habíamos visto bailar a Australia y pasar invicto la primera ronda. Argentina no jugó un buen primer tiempo pero jugó los mejores 40 del mundial en la segunda etapa. Notable rendimiento para estar en las semifinales de París.
Tenía la hoja en blanco, pero muy en blanco. Empezaba otro mundial. Ya sé que es un lugar común pero es cierto. Lo hecho por la zona de grupos estuvo bien para pasar de ronda. No porque tuvieron una gran zona de grupos, sino porque habían conseguido el objetivo: estar en cuartos de final. Fueron mejorando muchos aspectos partido a partido y probablemente podían conseguir seguir mejorando. Y justo en el momento más necesario. Los Pumas tenían ahora un desafío mayor por delante y era Gales, un equipo preparado como un relojito.
Los primeros minutos mostraron lo mejor de Tomás Cubelli y de varios, dinámica, mucha movilidad, Isa impactando y una primera oportunidad desperciada a los palos.
Gales esperó, esperó esa primera oleada Puma y esperó tener una chance que consiguió con sus recetas habituales, pelota afuera -como contra Australia- mucha precisión en los pases, carreras rectas y rápidas y un primer try debajo de los palos. Pareció mucho pero los Dragones son así, ya lo habían demostrado. Ganaban 7-0 con su habitual efectividad.
A la selección Argentina le faltaba una acción para recuperar confianza y no aparecía, todo le costaba y abusaba del pie sin encontrar ahí un recurso genuino para conseguir pelotas limpias de juego. Gales alcanzó el 10-0 y tuvo dos más, una eligió ir al line y la otra erró el 10 rojo.
Podría haber sido peor, pensábamos todos.
Incluso los dos descuentos, por intentos de Argentina desesperados, algunos con más juego y otros con puro esfuerzo individual fueron para paliar esa sensación, de que si Gales iba a fondo nos podía lastimar.
Cubelli tuvo un muy buen primer tiempo, siempre arriba de la pelota y distribuyendo juego con mucha velocidad. Demostró porque todos los hinchas lo pedían y porque la mayoría de los entrenadores con los que hablábamos nos repetían la misma canción. El 10 tema aparte, arrancó mal, fue peor, quizás tuvo sus peores minutos del mundial pero después con dos apariciones y dos cortes claros de la defensa rival mejoró su imagen. De todas maneras hay que decir que las dos acciones son más por sus características como wing o fullback que como apertura o número 10.
10-6 al descanso y rienda corta, o al menos es lo que queríamos y pensábamos todos. Partido abierto. La historia por escribir. Para sacarme la hoja en blanco de la cabeza, tal cual había empezado el día.
Las intenciones del primero aparecieron otra vez en los mismos momentos y con el mismo despliegue, por eso al minuto Emiliano Boffelli ponía 3 puntos más con un penal debajo de los palos. 10-9 ahora. Había más vida y más partido.
Más todavía hubo con una bomba de atrás de mitad de cancha -te lo deseábamos Emi, de corazón, más por vos persona que por el equipo- de Emiliano Boffelli que levantó a todo el estadio por primera vez y puso por primera vez a Los Pumas arriba en el score. 12-10 en 10 minutos del segundo tiempo y más para soñar. Excelente arranque de complemento.
Hay un detalle, a los pocos minutos del primer tiempo el árbitro principal -Jaco Peyper- tuvo que dejar la cancha por lesión y en su lugar ingresó uno de sus asistentes, el inglés Karl Dickson, de numerosos fallos polémicos en la primera etapa. Un golpe fuera de tiempo que debió ser roja para un galés y otros errores a favor de los de rojo. Los Pumas también se sobrepusieron a eso y no se quedaron en la protesta, lo que fue un muy buen síntoma de lo enfocados que estaban.
Todo ese foco y con los galeses dormidos era para aprovechar y sumar más. Pero así como Los Pumas se ponen arriba solos también se complican solos. Un poste que desapareció al lado de la formación -algo así como no poner un tipo en el primer palo en un córner- y Tomos Williams aprovechó el agujero que dejó el tucumano Gallo y otra vez debajo de los palos nos apoyaron. Biggar completó los 7 y los galeses de la nada otra vez estaban arriba, ahora 17-12. No habíamos llegado a los 20’ del complemento en el Velódrome de Marsella.
Hubo un bache, otra vez, que no pudieron aprovechar pero el juego de Gales había cambiado. Habían dejado de hacer lo que hicieron en la primera etapa. Hubo penales sucesivos del rival y no hubo dudas, line en 5 para ir a buscar. Más penales de Gales y dos line en 5 metros más y finalmente un prolijo pick & go para sumar, había sumar. Fue Sclavi que entró con una batería de 5 cambios a los 15 minutos del segundo tiempo.
El pie de Boffelli completó la faena y otra vez arriba. Quedaban 10 y el 19-17 de Los Pumas arriba nos decía que otra vez no nos habíamos equivocado. Había partido y el margen iba a ser ese. Corto.
Los últimos 20 fueron un concierto de Los Pumas, en todo sentido. Dejaron sin nada para hacer a Gales que cuando tuvo una apareció el Moroni de la gente para sacarlo de la cancha. Tute corrió de lado a lado y metió un tackle formidable.
Faltaron 5 minutos de Nicolás Sánchez para advertir su categoría, fueron dos o tres pinceladas y la final, a los 77’ con una intercepción y un try merecido para este formidable jugador tucumano, que como los buenos vinos mejoró con los años, y cerrar casi el encuentro en un hermoso 26-17.
Pero faltaba una más, y fue para el propio Sánchez con el pie, un penal más adentro para su extensa carrera goleadora.
Fue 29-17, más amplio de lo que pensábamos, increíblemente con Gales sorprendido en el segundo tiempo, sin armas, o casi sin saber como perforar en esos últimos minutos a la Argentina. Una sola fue muy poco. No le alcanzó.
Si le alcanzó a Los Pumas, que llenaron estas páginas que estaban en blanco.
¿Que tenían miedo? Pero que confiaban, confiaron y así lo dijeron al aire todas las veces.
Los Pumas están en semis, van a París a enfrentar a un monstruo, pero eso si será otra historia. Otra página en blanco que estos pibes quieren rellenar. Parece que la quieren rellenar de gloria, ellos mismos lo dicen a cada rato.
Y lo andan demostrando.
Foto: GaspaFotos.