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Con la garganta llena de clasificación

Por la última fecha de la zona de grupos Duendes venció en su casa a Tilcara por un inapelable 52 a 25, y ambos estarán presentes en la zona campeonato del TRL 2017.

Todos saben que desde el arranque, más aun en un deporte como el rugby, quien no está dispuesto y preparado para conseguir la victoria está confundiendo el fin primero de todo esto. El utópico y romántico designio del “lo importante es participar” o “divertirse es lo principal” no siempre es tan fiel a su matriz. Sin duda nadie sale a perder, descartado de plano es creer que no se hace el máximo esfuerzo posible.

Pero, a las pruebas me remito, también juegan un papel preponderante las estrategias y los imponderables que rodean los factores de virtudes y defectos. ¿Dónde reside la belleza de esta competencia para inteligentes y arrojados? Pues en explotar destrezas propias, aprovechar errores ajenos, visión geográfica, mantener el correr de las manecillas a favor, y tantas otras pautas contadas por montones.

Definirse metas cortas y precisas es la más recurrente en boca de los protagonistas y sus entrenadores, y así sucedió. Desapacible como pocas, la tarde de sábado resultó, una vez terminado el encuentro, el reflejo de lo pretendido por ambos. Con camiseta alternativa, Duendes necesitado de agrandar la base y volumen, realizarse desde el juego ensamblado, recuperar la confianza por completo y continuar experimentando variantes posicionales y de roles que hasta el momento dieron los frutos esperados. Y Tilcara urgido por sus propias circunstancias, en busca de pasar de ronda, dependiendo de resultados ajenos y del esfuerzo supremo de sumar como sea ante el recuperado defensor del título.

Notas destacables como el amor propio de un pilar tratando de convertir su propio try y que la pelota pegue en el travesaño, o que sobrevuelen nombres de jugadores que no estuvieron presentes, quedarán en el anecdotario. Oír la sirena interior marcando el epílogo a sabiendas que perdido por perdido no morirá la ilusión, fue el impulso para el desenfreno entrerriano envuelto en la corriente de no importar el tanteador ni la derrota, si no el bonus try que trajo el alivio conducente hacia el privilegio.

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