El rugby profesional en Argentina empieza a forzar las primeras estrategias y negociaciones que eran impensadas hace unos años. Salir a tomar la delantera y evitar "fugas" en el sistema obligó a la UAR a ofertar renovaciones más jugosas. Las firmas incluyeron un primer vínculo para el entrerriano Marcos Kremer, de último paso por Atlético del Rosario antes de afirmarse como jugador UAR. Había ofertas europeas para varios players incluido el rosarino Emiliano Boffelli, que decidió quedarse con el objetivo claro de llegar al mundial de Japón.
Se sabía. Las ofertas existían desde el año pasado, hasta Jerónimo de la Fuente le confesó a este medio hace un mes que el y varios de sus compañeros habían recibido ofertas desde Europa y que su decisión, en particular, había sido quedarse como mínimo hasta el mundial 2019, para no alejarse de su sueño de toda la vida, jugar en Los Pumas.
Por eso la UAR anunció el lunes cinco renovaciones y arregló el primer vínculo con un sexto, todos hasta el 31 de diciembre del 2019. Entre ellas aparece el rosarino Emiliano Boffelli, que había recibido un tentador ofrecimiento de Francia. También firmaron Santiago García Botta, Pablo Matera y Guido Petti, quienes estiraron su relación con la Unión Argentina y mejoraron las condiciones contractuales. En tanto el entrerriano Marcos Kremer firmó por primera vez para disputar el Super Rugby con Jaguares. Hay también ya elaboraciones de contratos, propuestos para después de sus vencimientos, como los casos de Lavanini o Moroni.
La UAR pretende asegurarse a sus principales figuras hasta el mundial al menos, lo que sería un proceso completo, y que ninguna se vea tentada por el dinero europeo como en el caso de Isa.
Guido Petti, tuvo una oferta del Toulon y le dijo a Olé: “He tenido ofertas del exterior, pero en mi caso, elegí quedarme para estar cerca de mi gente, mis amigos, mi familia, estar en mi casa, jugar en Los Pumas… todo eso tiene mucha importancia”.
Carlos Araujo, presidente de la Unión Argentina le dijo a DDT: "Isa tenía un contrato o palabra dada a clubes de Francia, lo comunicó verbalmente a los entrenadores y no entrenó más con los equipos en competencia. Hoy oficialmente no tenemos pedido de rescisión formal del contrato ya que está ligado a la UAR hasta fines del 2017. La UAR esperó en este caso como en el de Müller que cumplan con lo contratado, por ser la nuestra la Unión que los formó."
Para Araujo, ese es el mejor argumento, quedarse en la unión madre, la que los formó desde los 17 años, hasta completar un proceso, como habitualmente hacen los cracks neocelandeses por citar el mejor ejemplo, que rondando los 30 emigran a Europa a ganar mejores sueldos, luego de entregarle unos buenos años a su franquicia y su seleccionado.
José Santamarina, manager de Los Pumas, le dijo a La Nación: "Laburamos con ellos en un proyecto a cinco años, en los cuales les brindamos un sistema físico, fisiológico y técnico con lo mejor que tenemos", contó el "Cheto". "Es caro, y si un jugador nos deja a gamba, hay que recurrir a un pibe de 20 años y empezar de nuevo. Empleamos toda nuestra energía en sostenerlos hasta 2019. Pero está complicándonos la tentación por la guita", declaró en diálogo con Alejo Miranda.
El profesionalismo empieza a entregar los primeros momentos que se podían adivinar en el horizonte, negociaciones, contratos, desencuentros. "La hipocresía materialista de esto", le dijeron a este cronista hoy. Nada que no ocurra habitualmente en otros deportes profesionales, pero que suenan novedosos y todavía ajenos en un ámbito de historia amateur. Lo que asoma en el horizonte es una segunda franquicia, dentro de unos 3 años y en base a esta experiencia, con mayoría de presencia argentina para formar más jugadores, y tener una base más amplia de Pumas.
La UAR ahora se forja en un terreno en el que empieza a construir una senda completamente nueva, y que encuentra escollos que deberán superarse de a uno. Con tranquilidad y capacidad de toma decisiones, como cualquier buen jugador de rugby.