Sabiéndose el único clasificado a semifinales, Duendes venció a Tilcara por 59 a 7 en la última fecha de la zona, asegurándose ser el puntero absoluto en la tabla de posiciones.
El Maestre hizo el balance
Jorge Franco
Flameaba, si. Lejos de toda especulación sobre la lista oficial, en la víspera se aventuraba una mixtura de experiencia y juventud muy joven, nombres conocidos y reconocidos vistieron uniforme alternativo y unas ansias propias de comienzo de liga. Retumbaban y desprendían de manera inexpugnable la utopía paranaense, sin dejar de notarse a simple vista la honorabilidad del compromiso.
Fiel al estilo pretendido y sin ruborizarse avanzaron sobre las líneas con un ímpetu desenfadado de tal magnitud que, cerca de veinticinco minutos después, el desafío estaba completado sin atenuantes. Más que calificado resumen resultó la nada misma del intervalo. Es imposible contener el agua con las manos por mucho tiempo sin interrupciones.
Falta pulverizar el mayor de los escollos. Para cada situación fuera de juego existe una explicación de por qué no debe acontecer y su correspondiente consecuencia. En el horizonte la dificultad se multiplica y repetirse en el error podría significar quedar con la bolsa vacía. Y en caso de suceder un despojo final sería menos bochornoso vivirlo habiendo cumplido la labor.
Filosa y enmarañada cavilación comenzó a gestarse inmediatamente. ¿Táctica? ¿Estratégica? ¿Utilitaria? Frío frío. La clave estará presente en los intérpretes. El destino convirtió el sotavento en barlovento. Cuando en otros pasajes de la competencia el insomnio era provocado por la faltante, hoy e repite la situación pero ésta vez provocada por la abundancia de altos rendimientos.
Felices instancias finales podremos vivir si la variante se vuelve una costumbre. Sana costumbre pues, de ser testigos de otra electrizante definición. Y me licencio de hacer un pedido especial y anticipado. Que sea una fiesta sin paracaidistas fuera del rectángulo. Gracias.