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Inmaculada golpeó con inapelable contundencia

Sacó un ticket con ubicación 56-41 directo al Nacional de Clubes “A”.

Credenciales aparte, el primer turno planteaba un real desafío a los dos equipos que perdieron la posibilidad de pelear por ser campeón: aprender la lección de lo ocurrido en las semifinales. Más allá de redimirse era urgente cambiar la programación hacia las bases.

Tratando de hacer sencillo lo difícil, Jockey pegó primero pero la ilusión duró diez minutos. En el resto del primer tiempo, el gitano no sólo le quitó la pelota, si no también lo sometió con el scrum consiguiendo apoyar dos veces y también sumar de a tres con el pié de su fullback.

Entonces perdido por perdido, el verdiblanco fue por todo en el complemento. Esos cuarenta minutos fueron y verdadero concierto de errores de ambos. El marcador se fue abultando en demasía producto más de los desaciertos que de la destreza.

CRAI no tardó en darse cuenta del destino final de sus ambiciones y largó todo el resto que le quedaba para fabricar una diferencia indescontable, y defendió los últimos quince minutos en los que el equipo de Fisherton intentó la heroica. Valió totalmente la pena.

Aquel espejismo prometedor fue la dirección a seguir, abrazándose con ahínco a la bandera de repetir una participación nacional. Se está convirtiendo en una sana costumbre y además obligó a su ocasional contrincante a seguir navegando en la frustración de no entender el designio universal que prolonga su sequía.

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