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Pensando

Tuve oportunidad de leer, recién ayer, la nota en la cual Gonzalo Del Cerro hace un análisis sesudo sobre el tema, lamentablemente actual, de las lesiones graves de columna cervical.

Coincido en casi todos los puntos. Particularmente en no localizar exclusivamente la atención en el scrum. Existen estadísticas en las que se evidencia un corrimiento de los números hacia la situación de tackle como causal de las lesiones cervicales. Una posibilidad es la que plantea Gonzalo: sólo permitir esta acción por debajo de la cintura evitando el contacto contra el tórax del rival. Es una alternativa pero lo importante es pensar en ello.

Lo mismo el ruck y el maul. El primero es un desafío permanente hacia la indemnidad de las vértebras cervicales. Sobre todo en la situación de pesca donde la posición del cuerpo dista de ser la ideal (difícilmente se pueda pescar sin flexionar el cuello). Sin omitir que existe el contacto con el rival que pretende mantener la posesión. No sería descabellado suprimir esa situación de juego. Reemplazarla por el intento de recuperación sin las manos, asidos y empujando? Son ideas. Insisto: lo trascendente es puntualizar las situaciones de peligro.

El maul, como señala Gonzalo respecto de la echada torcida, es un oxímoron. Es una trampa reglamentaria. Es la única situación del juego en la que la pelota puede estar detrás. En otra faceta del juego es siempre obstrucción. El peligro es el derrumbe, intencional o espontáneo. Sobre todo porque muchas veces la acción se vuelve muy dinámica. También para analizar.

Sin embargo no estoy de acuerdo en algunos puntos. No entrenar físicamente a los juveniles destacados me parece que implica cercenarles una posibilidad de mejora. Parece ser una forma de nivelar para abajo.

También creo que si detectamos que determinadas acciones son peligrosas debemos evitarlas o modificarlas, independientemente si los actores son profesionales o aficionados. Porque estaríamos cerrando el círculo del Circo Romano, que bien definía El Leche, pero circunscribiéndolo a aquellos que hicieron de este deporte una profesión.

Tiempo de reflexión. De acudir a los hombres sabios como Gonzalo. Que tienen la mente abierta y gran experiencia.

Hasta la semana próxima.

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